“Una vez que aprendas a controlar tus emociones, el cielo es el límite.”
“Wicked: Memorias de una bruja mala” de Gregory Maguire, es una novela publicada en 1995 que busca contar los hechos narrados en el libro “El maravilloso mago de Oz” de L. Frank Baum, desde otra perspectiva. Pero la película adapta, en realidad, el musical de Broadway inspirado en el libro y estrenada en el 2003 con música y letras de Stephen Schwartz y libreto de Winnie Holzman. La enorme tarea de dirigir esta superproducción estuvo a cargo de Jonathan Murray Chu, que ya tenía experiencia en películas musicales aunque no de este calibre. En los zapatos de las protagonistas (personajes muy codiciados por varias actrices) Ariana Grande es Glinda, una aspirante a hechicera carismática y seductora pero sin talento verdadero para la magia, y Cynthia Erivo es Elphaba, discriminada desde su nacimiento por su color de piel verde y con un talento incomparable para la magia, algo que hace que la directora de la prestigiosa universidad de Shiz ponga los ojos en ella y le ofrezca una beca.
La película empieza con la noticia de que la bruja del oeste, Elphaba, ha muerto; siendo Glinda la emisaria del Mago de Oz, gobernante de esa tierra. En perspectiva, cuando una chica le pregunta a Glinda si ellas eran amigas, la hechicera responde afirmativamente pero aclara que eso fue hace mucho tiempo. Elphaba nació verde, producto de un affair de su madre con un desconocido, y su padre la rechaza desde entonces haciendo notar bien la diferencia con su hermana menor que está en silla de ruedas.
La película se puede ver sin saber nada sobre el material original, pero debo aclarar que está llena de referencias a la historia de Dorothy; de hecho ella y el resto del grupo conformado por el león cobarde, el hombre de hojalata y el espantapájaros, aparecen brevemente al principio e irán cobrando importancia a medida que la narración avance.
En esta primera parte, que corresponde al primer acto de la obra, se construye el vínculo entre Elphaba y Glinda que pasan de odiarse a ser amigas. Glinda sólo quiere ser hechicera y se enamora del frívolo Figaro, un estudiante muy vago que sólo quiere vivir de fiesta. En cambio, Elphaba quiere conocer al Mago porque cree que sólo así será aceptada por la gente. Elphaba tiene sensibilidad social, le importa lo que está pasando con los animales parlantes de Oz que están siendo silenciados y perseguidos por las autoridades y quiere ayudarlos. Es justamente esta línea argumental la que la lleva a convertirse en la bruja del Oeste y el punto más valioso de la obra, porque refleja cómo los discursos de odio tiene un costo material en la vida de la gente. Algo que está en consonancia con nuestro presente.
“Wicked parte I” está llena de parafernalia; escenarios, vestuarios y efectos especiales exagerados con coreografías grupales que te transportan a la mágica tierra de Oz, pero su profundidad se encuentra en el desarrollo de Elphaba y los matices que le dio Cynthia Erivo. Creo que allí reside el valor de la obra que peca de ser bastante larga (casi tres horas) algo muy cansino si la ven en el cine como yo.
Es una superproducción hollywoodense que recomendaría a las personas que aman la fantasía, los musicales y, por supuesto, a las brujas. La segunda parte de Wicked tiene fecha de estreno para noviembre del 2025.
Ficha técnica y sinopsis
Título: Wicked parte I
Dirección: Jon M. Chu.
Elenco: Cynthia Erivo, Ariana Grande, Michelle Yoh, Peter Dinklage (voz)
Duración: 160 minutos.
Año de estreno: 2024 y se puede ver en cines.
Ambientada en la Tierra de Oz, mucho antes de la llegada de Dorothy Gale desde Kansas. Elphaba es una joven incomprendida por su inusual color verde que aún no ha descubierto su verdadero poder. Glinda es una popular joven marcada por sus privilegios y su ambición que aún no ha descubierto su verdadera pasión. Las dos se conocen como estudiantes de la Universidad Shiz, en la fantástica Tierra de Oz, y forjan una insólita pero profunda amistad. La trama abarca los acontecimientos del primer acto del musical de Broadway.