“—Entonces bebed —dijo el doctor con una reverencia—. Qué alegría haber elegido tan bien a los sujetos de mi experimento.”
Cuatro personas adultas mayores, se reunieron en el estudio del doctor Heidegger ya que esté de manera misteriosa los convocó para que lo ayudasen con un pequeño experimento. En sus manos, el doctor poseía una muestra de, nada más y nada menos, la fuente de la juventud. Los persuadió beber el líquido tras llenar su copas de champagne.
Así, Nathaniel Hawthorne da inicio a este cuento incluido en tantas antologías.
“Parecía como si nunca hubiesen conocido la juventud o el placer; como si hubiesen nacido de una naturaleza chocha: criaturas siempre grises, decrépitas, sin savia, que se encorvaban ahora alrededor de la mesa, sin vida siquiera en el alma y el cuerpo para que la perspectiva de volver a ser jóvenes las animara.”
El autor construye una narración misteriosa que contrapone la sabiduría de la experiencia en la vejez contra el anhelo de la juventud ya pérdida y las ganas de recuperar algo de jovialidad aunque sea momentaneo. Un cuento gótico con un desenlace algo suave para mí gusto, pero es sólo una apreciación personal.
Este relato es el que abre el libro recopilatorio de Editorial Impedimenta “Gótico botánico” que estoy ansiosa por leer completo.