· 

Presentación del libro: El marxismo y la opresión de las mujeres


Junto a Paula Varela
Junto a Paula Varela

El martes 3 de septiembre en la Universidad General Sarmiento (Buenos Aires) se presentó el libro “El marxismo y la opresión de las mujeres: hacía una teoría unitaria” de la socióloga estadounidense, Lise Vogel. Contó con la editora que también estuvo a cargo del prologo; Paula Varela, docente de la Universidad de Buenos Aires, y de Sol Dorín, dirigente de la agrupación feminista socialista, Pan y Rosas, y co-fundadora de la cooperativa de mujeres de la fábrica Madygraf. 

Juntas se embarcaron en la importante tarea de buscar reparar el movimiento de mujeres y disidencias que tantos logros tuvo en la última década, no sólo en Argentina sino en varias partes del mundo. En el contexto actual, con un gobierno que ajusta brutalmente a la gente y que busca culpar al feminismo de la degradación del sistema capitalista y la consecuente pobreza, es imperativo reconstruir el movimiento de manera independiente al gobierno de turno. 

A su vez, la presentación del libro estuvo enmarcada dentro del ciclo de cátedras marxistas que la agrupación En Clave Roja estará organizando durante el mes de Septiembre, en la universidad. Para abrir, la estudiante de la licenciatura de comunicación, Agustina Barrios, describió las conquistas de derechos que peleó el movimiento de mujeres y disidencias en Argentina, desde el Ni una menos en 2015 hasta la marea verde en 2018 que logró que, gracias a una multitudinaria marcha en las calles del país, el Senado aprobara la ley de interrupción voluntaria del embarazo. La idea de la cátedra es poner de pie el movimiento con una organización independiente. En especial, porque en octubre será el encuentro plurinacional en la provincia de Jujuy. Con esto en mente, el libro de Vogel parece llegar justo a tiempo para intentar pensar en un movimiento feminista desde la perspectiva de la clase trabajadora y comprender que ambas están intrínsecamente unidas. 

 

Cuando es el turno de Paula Varela, la editora explica de manera contundente por qué hay que leer este libro.

En primer lugar, el contexto actual en donde el sistema capitalista sufre una profunda crisis que tal cómo indicó Oxfam en su informe del año 2023; los cinco hombres más millonarios en el mundo, duplicaron sus fortunas al mismo tiempo que más de cinco millones de personas en todo el mundo entraron en la indigencia. En este escenario fueron surgiendo diferentes luchas desde los chalecos amarillos, la revuelta chilena hasta el movimiento Black lives matter en Estados Unidos después del asesinato de un policía blanco a un civil afrodescendiente. 

En segundo lugar, Varela hizo hincapié en la huelga de mujeres y la consigna “si paramos nosotras, se para el mundo” para abordar la teoría de la reproducción social y la sustentabilidad de la vida que mucho se ha hablado en los últimos años, incluso en frases tales como “eso que tu llamas amor es trabajo no pago”. Desarma la idea del romance del cuidado y explica cómo las mujeres tienen un trabajo contradictorio ya que por un lado tiene elementos de amor, de cuidado así como también de disciplina. “Estamos disciplinando los cuerpos”. El servicio y el cuidado que no sólo incluye cocinar y limpiar, sino también gestar y dar a luz, coloca a las mujeres en un lugar indispensable y por lo tanto, de lucha. Es importante porque establecen puentes entre lo que pasa en una fábrica y en los lugares en donde la reproducción social ocurre que es el interior de los hogares. 

En tercer lugar, Varela apuntó a la doble jornada laboral que genera doble opresión. Ya lo decía Flora Tristán “las mujeres son el proletario del proletariado”. Cuando el trabajo en la fábrica termina, todavía tienen que trabajar en sus hogares. Esto les da una posición estratégica porque si las mujeres paran pueden causarles daño al capital. Aquí, Varela desarrolló con el ejemplo de West Virginia en el año 2018 con una huelga de docentes que unió a toda la comunidad y que desató fuertes debates con respecto a la discriminación étnica y de clase social. La reproducción social es un campo de batalla y puede ser colectiva. El movimiento feminista y el movimiento obrero deben ir de la mano ya que los propios sindicatos no han incorporado en sus demandas la calidad en la reproducción social.

En cuarto lugar, la editora expone los objetivos de los discursos de los líderes reaccionarios de la derecha política que atacan al movimiento feminista bajo lemas como  “que vuelva la familia tradicional” regresando las temáticas explayadas al área de lo privado. Quieren dividir a la clase trabajadora expresando entre líneas que los derechos de las mujeres son secundarios frente al hambre y el desempleo. El libro de Vogel permite comprender cómo los derechos de las mujeres y las disidencias son parte de los derechos de la clase trabajadora. Son parte de los derechos del pueblo. Leer el libro de Lise Vogel puede darnos herramientas para discutir políticamente con sectores reaccionarios, incluso dentro del propio peronismo como Juan Grabois que está con la Iglesia católica, gran enemiga de los derechos civiles.

PH Pan y Rosas UNGS
PH Pan y Rosas UNGS

Cuando llega el turno de Sol Dorín, lo hace anunciando que Madygraf cumple diez años en manos de sus trabajadores y lo celebra con un recital en la propia fábrica el sábado 7 de septiembre. 

Para Dorín es importante recuperar un movimiento feminista militante y narra en primera persona, como fue la fundación del comité de mujeres de la fábrica Madygraf. Todo el proceso de organización, de lucha constante, de solidaridad no solamente entre mujeres sino también con los obreros de otras fábricas. Mientras sus maridos, trabajadores de la entonces Donnelley, hacían asambleas para organizarse contra los abusos de la patronal, ellas hacían cartas que enviaban a las esposas para organizarse. Dorín también resalta la importancia de estudiar la historia de la clase obrera, sus estrategias y tácticas para plantarse frente a los constantes atropellos de la clase dominante. Fue así como se fortaleció el comité de mujeres y, para cuando en el año 2014, la empresa presentó la quiebra dejando sin sustento a cientos de familias, estaban preparadas para enfrentar la enorme tarea de tomar la fábrica y ponerla a producir. Recuerda cuando los abogados retenían los cheques de los clientes en el interín de cambio de razón social. Fueron largos meses en donde trabajaron duro y no cobraron ni un peso pero fue gracias a la red solidaria que tejieron entre obreros así como también estudiantes de la Universidad General Sarmiento que se llevó a cabo una importante colecta de alimentos que pudieron repartir entre todas las familias de la fábrica y lograr surtir hasta que la ahora Madyfrag comenzó a producir como una gran cooperativa. 

Dorín también explica en torno a la reproducción social, cómo fueron las mujeres de la cooperativa las que dedicaron un salón de recursos humanos de Donnelley al funcionamiento de una juegoteca; un espacio seguro para las hijas y los hijos de los obreros. La importancia no sólo de hacer foco en producir sino también en que el trabajo no afecte el desarrollo de la vida en sí. Cada vez que salían a las calles para marchar o apoyar una lucha de la clase trabajadora, se organizaban para cuidar a los menores de edad en una casa. Esta cooperación en el cuidado de una comunidad es una de las tantas demandas pendientes en el sistema capitalista. Son pocas las empresas que piensan en la calidad de vida de sus trabajadores y lo hacen únicamente, después de demandas, accidentes de trabajo y juicios que les hacen perder plata. La comisión de mujeres de Mafygraf piensa frente a cada problema una salida colectiva. Ninguna mujer está sola frente a la explotación del capital. 

 

Para finalizar la presentación del libro hubo una ronda de preguntas que incluyeron; consejos para las nuevas militantes del movimiento, qué rol cumple las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial frente a las demandas obreras, si se hace o se nace feminista y una invitación al encuentro regional en la zona norte del AMBA. 

A lo que Paula Varela enfatizó en decirle no a la resignación y citó a un colega, Pablo Bonaparte de la universidad de Buenos Aires; “las movilizaciones se construyen”. Con respecto a las nuevas tecnologías en relación a la reproducción social, considera que no van a reemplazar a la clase obrera pero si van a servir para controlarla. Ya se puede observar en varios trabajos alrededor de plataformas digitales como Pedidos Ya o Didi, que el patrón ahora es un dispositivo que explota tanto o más que una persona. No reemplazará a las personas pero sí hará sus trabajos más precarios. En relación a si una feminista se hace o nace; ser mujer no es una condición excluyente puesto que existe por ejemplo, Victoria Villarruel que apoya el terrorismo de Estado. 

Para Sol Dorín hay que recuperar la tradición de lucha, jamás bajar los brazos, establecer espacios de asamblea o centro de estudiantes que sirvan a la organización y sean independientes de partidos políticos burgueses o estén bajo el dominio de instituciones tales como la Iglesia. Con respecto a si se nace feminista o se hace, Sol es contundente: nos une el género pero nos separa la clase.

Para finalizar esta nota sobre la presentación del libro “El marxismo y la opresión de las mujeres: hacia una teoría unitaria”, recomiendo leerlo y les dejo el link para que puedan comprarlo:

Ediciones IPS