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Guía del club de lectura para matar vampiros


  —Un lector vive muchas vidas —aseguró James Harris—. La persona que no lee solo vive una. Pero si tú estás contenta haciendo únicamente lo que te dicen y leyendo lo que otras personas creen que debes leer, entonces no me hagas caso. Simplemente me parece triste.


Grady Hendrix comienza el libro queriendo reivindicar la figura de la mujer ama de casa, madre y esposa tomando como referencia los recuerdos de su propia mamá.

 

La protagonista de esta historia es Patricia Campbell quien está casada con Carter, psiquiatra, y tiene dos hijos Korey y Blue. La acción transcurre en una apacible comunidad en Old Village, dentro del Estado de Carolina del Sur durante la década del noventa. Un grupo de mujeres inicia un club de lectura con el libro que cuenta el crimen real de Betty Gore a manos de su mejor amiga Candy. Impresionadas y con ansias de más deciden continuar en esta línea leyendo sobre otros crímenes. Cuando James Harris, un forastero, irrumpe en la vida de Patricia, está decide ignorar deliberadamente todas sus alarmas internas dejándolo entrar no sólo en su casa sino también en la vida de sus seres queridos, incluso en el club de lectura. 

 

La figura del vampiro en esta obra literaria resulta ser una metáfora sobre cómo actúan los perversos narcisistas que primero se muestran encantadores para luego revelar toda su megalomanía. Otro punto delicado es que este ser se alimenta de los niños haciéndolo mucho más siniestro que otras obras con está temática.

La novela aborda las diferencias sociales y se mete de lleno con el racismo ya que Harris no sólo ataca a niños, sino que se aprovecha de niños negros y pobres. Este es un punto no menor porque funciona a modo de olla de presión ya que no se puede tapar el sol con la mano. 

Los personajes masculinos son odiosos, no tienen matices. Menos mal que Hendrix es hombre porque si lo hubiera escrito una mujer estarían todos indignados y ofendidos. Por el contrario, los personajes femeninos están bien desarrollados abarcando el espectro luz y sombra. 

Hay capítulos que me impresionaron mucho como el ataque de ratas voraces. 

La trama funciona gracias a la anticipación; ya sé lo que se viene y eso me genera ansiedad. No hay giros argumentales ni sorpresas estridentes, ya sabemos cómo termina todo y aún así no podemos parar de leer. Maneja muy bien la tensión y el suspenso. Hay claras referencias a otros libros pero podemos usar la excusa de que es un tributo y no un plagio.

Es una gran novela de terror que recomiendo exclusivamente a quienes disfrutan de este subgénero literario. 

Frases


"Sus ojos se posaron en la parte superior de la caja de leche de plástico azul que Korey utilizaba como mesilla de noche. Una copia de El misterio de Salem’s Lot de Stephen King descansaba en lo alto de una pila de ejemplares de la revista Sassy. De pronto todo cobró sentido."

 

 "—Entonces me alegro de que estuviera aquí —dijo Carter, y se volvió hacia Patricia—. ¿De verdad era necesario llamar a la policía nacional? Por Dios, Patty, los vecinos van a pensar que maltrato a mi mujer o algo así."  "—Los hombres que caminan en la noche siempre están hambrientos —graznó—. Nunca paran de coger y no saben cuándo es suficiente. Empeñan sus almas y luego comen y comen y nunca saben cuándo parar."

 

 "Yo he tenido tres hijos… Y un hombre que nunca ha sentido… lo que es parir a un hijo… ¿va a ser más fuerte que yo? ¿Más duro que yo? Él cree que está a salvo… porque piensa como tú… Mira a Patricia y piensa que todas somos un puñado de blandengues… Piensa que somos lo que parecemos por fuera: unas agradables damas del sur. Pero dejadme que os diga algo… No hay nada agradable en las damas del sur."

 

"—Mi marido no tiene más consideración por mí que por un perro —admitió—. Él se marcha de casa y se folla a jovencitas junto con los otros hombres, mientras nosotras nos quedamos aquí como buenas mujercitas y lavamos sus camisas y les hacemos las maletas para sus viajes sexuales. Mantenemos sus casas calientes y limpias para cuando estén listos para regresar, se den una ducha y así eliminar el perfume de otra mujer antes de meter a sus hijos en la cama. Durante años he fingido no saber adónde iba, o quiénes eran esas chicas que llamaban por teléfono, pero cada vez que regresa a casa, me tumbo en la cama al lado de mi marido, que no me toca, que no me habla, que no me quiere, y finjo que no huelo el cuerpo de alguna veinteañera en el suyo. Nuestros hijos nos odian. Fíjate en los míos. Habría sido mejor si les hubiera criado un perro."