Huérfana desde que era un bebé, Signa ha crecido con una serie de tutores, cada cual de ellos más interesado en su fortuna que en su bienestar. Y todos han tenido un final prematuro. Los únicos familiares que le quedan son los esquivos Hawthorne, una familia excéntrica que vive en Thorn Grove, una finca tan reluciente como sombría. Su patriarca lamenta la pérdida de su mujer celebrando fiestas salvajes, mientras que su hijo lucha por controlar la reputación de la familia, que está en decadencia, y su hija sufre una enfermedad misteriosa. Pero cuando el espíritu inquieto de su madre aparece reivindicando que la envenenaron, Signa se da cuenta de que la familia de la que depende podría correr un grave peligro, y consigue la ayuda de un hosco mozo de cuadra para atrapar al culpable.

Signa Farrow es una joven con una habilidad excepcional; no puede morir y por el contrario, tiene una conexión muy íntima con la Muerte que la visita desde temprana edad. Cuando se muda a Thorn Grove, una mansión lúgubre con sus parientes los Hawthorne, en seguida capta que algo no está bien. El fantasma de Lillian, esposa de Elijah Hawthorne, camina por los oscuros pasillos pidiendo ayuda y Signa se compromete a investigar acerca de su muerte con la ayuda de un mozo de cuadra, Sylar, y de la Muerte misma. 

Esta ficción con tintes góticos es un combo literario que me entretuvo de principio a fin. Su excentricidad me hizo difícil adivinar las vueltas de tuerca y el misterio está sazonado por la atracción que siente Signa hacía Muerte. La protagonista se debate entre su posición social y su poder sobre las sombras de la vida y la muerte. El personaje de la parca me gustó mucho porque está humanizado pero no lo suficiente como para perder su imagen enigmática y siniestra. 

Si bien la pluma de la autora puede ser a veces redundante, su imaginación y estilo hicieron la narración llevadera y ese final me ha dejado con ganas de seguir acompañando a Signa en sus aventuras.

Es una novela de ficción para adultos que puede resultar encantadora si quieren dejarse llevar.  A mi ánimo le hizo bien.