"No hay poder en el cielo ni en la tierra que evite que la gente piense lo peor cuando quiere hacerlo."
Dolores es una mujer acusada de matar a su empleadora, Vera Donovan; una mujer rica que vivía sola en la isla Little Tall.
Frente a la policía local, Dolores expondrá toda su verdad incluyendo eventos del pasado teñidos por la violencia y su amor maternal.
Esta novela está escrita en primera persona por la protagonista Dolores Claiborne. No tiene división de capítulos, es un largo monólogo que resulta ser verosímil y que le da a la narración una carga emocional con la cual es sencillo conectar. Marcada por la violencia de su marido Joe, Dolores intenta salir adelante para que sus tres hijos; Selena, Joe Junior y Pete, puedan ir a la universidad y tener una mejor calidad de vida. Para eso acepta ser empleada doméstica de Vera Donovan, una mujer muy dura que le da unas cuantas lecciones.
Este drama que podría ser tranquilamente basado en hechos reales, muestra la fortaleza que hay que tener para sobrevivir a circunstancias que escapan a nuestro control porque como dice ella casi al final del libro:
"Desde hace cincuenta años sé que el asunto de vivir es hacer elecciones y pagar las cuentas después".
Una de cal y una de arena.
Un Stephen King con los pies en la tierra, alejado de lo sobrenatural, que conserva ese sentido del humor socarrón y algunos comentarios sobre política que no pueden faltar. La trama está muy bien pensada y cada detalle tiene un porqué. La última vuelta de tuerca no la vi venir y lloré con ese final desgarrador. Si bien el libro en sí es sobresaliente rescato el vínculo especial entre Dolores y Vera: las relaciones humanas están lejos de ser armónicas y creo que es el corazón de la obra.
Recomiendo mucho su lectura en especial a las personas que no leen terror y que quieren conocer a este famoso autor. Creo que pasa a la lista de mis libros favoritos.