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Historias que la muerte y yo le contamos al diablo


"¡Que equipaje tan ligero nos llevamos cuando morimos! Solo los recuerdos de lo que fuimos en vida y poco más."

 


"Soy una bisagra entre lo mortal y lo eterno, entre un plano y otro, un estado material a otro etéreo. Yo no corto el hilo, no doy puntadas de ningún color ni forma en este telar, porque no es mío. Yo solo marco el fin de un recorrido. Algo que parece sencillo y que sin embargo, desgasta." 


Título: Historias que la Muerte y yo le contamos al Diablo.

Autora: Leonor Ñañez.

Editorial Cuervolobo.

Año de publicación 2022

 

Si la Muerte es insistente, no se imaginan el Diablo. Donde una carece de tacto, el otro lo suple con encantos. Si el pecado no fuese tentador, sus redes estarían vacías, ¿verdad? En este último libro, el cierre de la trilogía de Historias, nos encontraremos con un ama de casa tironeada por su anfitriona (y posible mentora, Ángela) y un invitado venido del mismísimo infierno. Entre el suplicio de un té interminable y un baile de máscaras, deberá decidir que hace con su eternidad, en el Más Allá. Mientras tanto, ella y la Muerte distraerán al dueño del averno con variadas historias de terror y espanto.

 


Historias que la Muerte y yo le contamos al Diablo es la tercera parte de una trilogía que mezcla de manera armónica el terror con la fantasía oscura. En esta entrega la narradora protagonista queda en el medio de una disputa entre Angela (la Muerte) y nada más y nada menos que el mismísimo Diablo o Satanás, como prefieran. El marco de este enfrentamiento transcurre durante la ceremonia del té, algo que en esta ficción toma un significado más tangible dado que la edición en papel viene acompañada con un té de hierbas. 

Los escenarios oníricos están muy bien descritos y van mutando, ya sea de la mano de Angela como del príncipe de las tinieblas. Nuestra protagonista confundida emplea su talento para contar historias y escapar de su destino; ser entrenada para hacer el trabajo de la Parca. 

Los cuentos cortos que acompañan está edición son uno mejor que el otro, siendo quizás Bloody Mary uno de mis favoritos. Muy variados entre sí, no tienen desperdicio. 

La pluma de Leonor Ñañez se siente fresca, segura, imaginativa. Matiza muy bien lo siniestro con el sentido del humor, incluso se atreve a jugar con las rimas. Por momentos recordé la famosa obra de Lewis Carroll; Alicia en el país de las maravillas, con las preguntas de la protagonista hacia sus excéntricos anfitriones. 

El personaje de Satanás es carismático y seductor, añade condimento picante a la cuestión, como si se tratase de una infusión de hierbas estridente. 

Disfruté mucho la lectura, es de esos libros que voy a volver a leer en un futuro cercano. Su autora tiene un gran talento para el juego de palabras. Espero que puedan conocerla porque merece más reconocimiento. 

Añadiendo valor a la obra se encuentran las ilustraciones interiores a cargo del artista Juan Fiorimonti y la maravillosa tapa por parte de Deborah Holsinger.

Una novela que reflexiona sobre lo finito de esta existencia de una manera creativa y divertida. 

Recomiendo leer en orden la trilogía: Historias para contarle a la Muerte e Historias que me contó la Muerte.