Sesión en una tarde de lluvia es una novela corta de Mark McShane que maneja muy bien el suspenso. Con una premisa sencilla se desarrolla una trama trepidante y efectiva.

El monótono matrimonio londinense compuesto por Myrna, una médium que hace sesiones espiritistas en su casa; y Bill, un hombre enfermo de asma que no puede trabajar, decide cometer un acto delictivo para que ella gane reconocimiento y poder obtener los beneficios económicos acordes. 

El Plan, como ellos lo llaman, consiste en secuestrar a la hija de un hombre rico pidiendo rescate y que Myrna, en paralelo, se comunique con la familia para hablarle de sus visiones ofreciendo "desinteresadamente" sus servicios. 

La narración mantiene un ritmo dinámico hasta su inesperado final. Por momentos me sentí leyendo una obra de teatro ya que el autor emplea diálogos fluidos y los personajes entran y salen de los diferentes escenarios. 

La única contra que le veo es que tanto Myrna como Bill, no me generaron ninguna simpatía o compasión, por ende no "sufrí" tanto los momentos en los que están a punto de ser descubiertos. 

Fuera de eso es un libro para aquellas personas que busquen tensión y persecuciones, cinceladas con un toque sobrenatural muy simple que le da una atmósfera fantasmagórica. 

Es una novela que se lee rápido pero se queda con una durante un tiempo y también tiene un trasfondo reflexivo, si una le da espacio; ¿hasta donde es capaz de llegar la ambición del ser humano? ¿El fin justifica los medios?

Las frías declaraciones de Myrna me dieron escalofríos. Quizás porque conozco personas así que carecen de consideración hacia los demás y que creen que el sufrimiento vivido les da algún tipo de derecho para ser impunes antes los hechos delictivos. Cuantas veces habré oído a personas afirmar que los delincuentes son pobres personas que no tuvieron mejores oportunidades; o que los asesinos fueron pequeños abusados. 

Que quede en cada persona darle una respuesta a esto.