Este cuento de terror por el famoso escritor de Drácula es, sin dudas, un festín para los lectores que buscan algo clásico espectral.
Aquí un joven estudiante universitario busca un sitio tranquilo en donde poder estudiar sin ser interrumpido. Para eso prepara una pequeña valija con poca ropa, va a la estación y saca un pasaje para un pueblo desconocido. Allí alquila una casa que tiene un historial lúgubre detrás. Las supersticiones de las personas locales le advierten que el lugar está maldito y que fuera hace más de cien años, la morada de un juez severo que había mandado a mucha gente a la horca. El estudiante riéndose de estos comentarios decide alquilar igual y pasar los días estudiando allí, pero pronto se ve afectado por la inusual actividad de las ratas que merodean la vivienda.
Esta es una clásica historia victoriana de fantasmas diabólicos, corta y entretenida. Bram Stoker demuestra ser el autor de renombre que fue más allá del vampiro popular.
Me ha gustado mucho como va tejiendo la trama alrededor de las rutinas disciplinadas del protagonista que lejos está de ser un muchacho asustadizo. Por el contrario, se planta frente a los obstáculos e intenta ponerles remedio.
Con un final espeluznante, recomiendo su lectura durante la noche o en un día de tormenta en donde el servicio eléctrico falle.
Desde ya, formará parte de mi especial para Halloween año 2022.