Una serie de cruentos asesinatos ponen el mundo de cabeza del detective Kinderman que junto a su colega Atkins, deberá averiguar la identidad del asesino que parece replicar a otro muerto décadas atrás. 

Legión funciona como una secuela de la famosa El exorcista, el problema reside en que no tiene la gloria de esta. El autor teje un thriller filosófico en la que los diálogos existencialistas del detective se vuelven pesados opacando los mismos crímenes y todo el misterio que los rodea. La lectura se me hizo pesada, cuesta arriba las primeras ciento cincuenta páginas y si bien después me enganchó con una vuelta de tuerca muy interesante, en el final volvió a decaer.

Hay una idea que plantea Blatty con respecto a la función del diablo y su presencia que resulta atractiva, el gran problema es su ejecución. 

El personaje de Kinderman ya se hacía pesado en El exorcista con sus citas de películas, su sentido del humor y esa capacidad para meter varios temas en cada conversación. Aquí es el protagonista absoluto así que todo esto está exacerbado. Al ser judío sus reflexiones sobre el cristianismo son más objetivas y permite al lector sacar sus propias conclusiones. 

Los capítulos en el hospital sean quizás, los que más me gustaron por su desarrollo y uso de la acción, aunque el ritmo narrativo me ha parecido en general, irregular. 

Legión tiene una adaptación al cine: El exorcista III. 

Quedará en cada lector darle una oportunidad o no a este libro que a mi parecer, es bastante innecesario como segunda parte.