Una casa embrujada. Un escritor esquizofrenico. Una joven poseída. Una mujer que huye de una secta. Una sesión espiritista. Estos son los elementos que componen a grandes rasgos esta novela co-escrita entre Víctor Conde y Raúl Silvestre.

El escritor de policiales Lorenzo Carvajal es invitado por su agente a pasar una temporada en una casa señorial en la región de Andalucía. Aislado del mundo podrá escribir un best seller. Lorenzo está en pleno proceso de divorcio, su ex esposa es también su psiquiatra, Lorenzo tiene esquizofrenia y ha tenido episodios de delirio en el pasado. A regañadientes acepta la propuesta y se muda junto a su gato a la casa. Cuando conoce al casero, el señor Fermin, se entera de lo extraño del contrato: estará compartiendo alquiler con una familia que llegará todos los días a las once de la noche y se marcharan temprano en la mañana. Como requisito excluyente, él no puede cruzarse con ellos, no debe salir de su habitación. A cambio, la familia pagará todos los gastos. 

La propuesta es rara y cualquier persona normal no aceptaría, pero Lorenzo así lo hace y es testigo la primera noche de extraños ruidos. 

En paralelo, Dolores es una joven de veinte años que está poseída, no se sabe muy bien por quién o por qué, pero su errática conducta se vuelve cada vez más impredecible y salvaje. Para eso los padres contratan a una prestigiosa médium que los ayudará a descubrir el origen de su afección. 

Sandra huye de un Sedán rojo. Formó parte de una secta en donde fue violada y torturada. Cuando descubre la mansión por azar creyendo que está vacía, se mete a pasar la noche.

Estas son a grandes rasgos las tres historias que se irán fusionando en un mismo escenario; la casa que tiene nombre propio, Villa Rosa. 

Es un libro muy entretenido, repleto de imágenes escalofriantes, de situaciones violentas con contenido explicito que puede herir la susceptibilidad de los lectores que no están acostumbrados a este tipo de literatura. Tanto en lo sangriento como en lo sexual.

Villa Rosa es una casa muy tétrica que como indican fue diseñada por un lunático. Escaleras que no van a ninguna parte y un sótano que esta prohibido. 

Particularmente he sentido simpatía por los personajes femeninos, la triada conformada por Dolores, la médium Carmen y Sandra. Cada una a su manera tiene su personalidad y carácter. No puedo opinar lo mismo de Fernanda y Alfredo, padres de Dolores, por quienes he sentido, por el contrario, mucho rechazo. 

Lívidos es una novela con todos los clichés de las historias con casas embrujadas muy bien pensada y construida. Me ha encantado el final, ha sido la cereza de la torta.

Un libro que recomiendo con fervor a los lectores amantes del terror.