Este cuento de terror psicológico es uno de los más importantes dentro de la tradición literaria de Estados Unidos.
Su autora Charlotte Perkins Gilman denuncia la opresión de las mujeres dentro de la sociedad patriarcal en esta historia en donde la protagonista femenina sufre una depresión postparto, siendo llevada por su marido médico a una casa alquilada en las afueras de la ciudad. Allí él la instala en el dormitorio de la planta alta por la cantidad de ventanas que posee el inmueble, para que pueda dormir y respirar aire fresco. Ella, por el contrario, se queja del horrible tapiz amarillo que tiene en el la habitación.
Todos sus pensamientos y sentimientos son escritos en un diario a espaldas de él, ya que según el doctor, escribir podría hacerle peor a su enfermedad.
El cuento es el diario en primera persona de la esposa infeliz, nunca conocemos su nombre, quizás una muestra de la invisibilidad que sufrían las mujeres. Está escrito en primera persona, lo que resulta una experiencia más personal, con tintes de confesión. Se puede leer entre líneas la insatisfacción sufrida a partir de no poder trabajar, estudiar, de tener que estar todo el día en cama, de estar aislada e inmovilizada. El tapiz, su color, sus formas, su deterioro, es una parábola que la autora emplea para hablar del "mundo femenino" intimo, secreto, discreto, invisible. El marido nunca se da cuenta de cuanto la afecta, sólo la convence de que es por poco tiempo, que se acostumbrara a él. Ella cree ver una mujer arrastrándose, queriendo salir.
"Este tapiz tiene una peculiaridad, algo que por lo visto sólo noto yo: que cambia con la luz. Cuando entra el sol por la ventana del este (yo siempre vigilo la aparición del primer rayo), cambia tan
deprisa que nunca acabo de creerlo. Por eso siempre lo observo. A la luz de la luna (cuando hay
luna entra luz toda la noche) no me parece el mismo papel. ¡De noche, sea cual sea la fuente de luz
(el crepúsculo, una vela, la lámpara o la luz de la luna, que es la peor), se convierte en barrotes! Me
refiero al dibujo principal, y la mujer de detrás se ve con absoluta claridad. Tardé bastante en
reconocer lo que se ve detrás, ese dibujo secundario tan impreciso, pero ahora estoy segura de que
es una mujer. A la luz del día está borrosa, inmóvil. Yo creo que no se mueve por el dibujo
principal. ¡Es tan desconcertante...! Yo, mirándolo, me quedo horas sin moverme."
El tapiz amarillo resulta ser en parte autobiográfico, basado en la experiencia personal de Charlotte. Con esta historia ella quería lograr cambiar el método del tratamiento para la depresión a la que había sido sometida: "El propósito fundamental del cuento era contactar al Dr. S. Weir Mitchell, y convencerlo de lo errado de sus métodos".
Con esta historia de terror, Charlotte logró contar cómo se utilizaban las enfermedades mentales para debilitar a las mujeres negandoles los mismos privilegios que poseían los hombres.
Charlotte abrió camino para otras escritoras como Sylvia Plath y Virginia Woolf.