"Quitate la vieja piel, la vieja vida, como yo he hecho, y renace." 

      Del cuento La ciudad del sol de Lisa Tuttle.

Debo decir sinceramente que hay cuentos muy buenos que me han impactado, me han parecido muy originales y bien escritos pero lamentablemente, otros varios han sido decepcionantes primero por la longitud, demasiado largos para ser cuentos y los remates han sido flojos, en su gran mayoría predecibles.

No sé si decir que el resultado general es positivo o negativo, la verdad es que no me decido (bueno no es que sea obligación que lo haga) sólo expondré que me pareció regular. 

Como son muchos cuentos de autores diferentes a medida que los fui leyendo les puse puntaje numérico que no me parece un sistema nada justo pero ayuda a memorizarlos dado que algunos han pasado sin pena ni gloria y otros, como Femme Fatale de la escritora francesa Marianne Leconte, me ha quedado grabado a fuego por su originalidad. La historia sigue a una vampiresa y a su compañera inseparable: una moto roja con la que sale de cacería por la bella París. Está muy bien descrito, genera mucha adrenalina como si el lector también estuviese de paseo con ella y el final es sorpresivo. 

Cortes de tela de Ramsey Campbell, el responsable de seleccionar (supuestamente) cada historia, trata sobre una extraña vecina costurera que hace unos vestidos de muñeca un tanto peculiares, algunos con pelo humano.

La ciudad del sol de Lisa Tuttle mezcla los dioses aztecas con el empoderamiento femenino. Muy bien narrado, con momentos realmente espeluznantes.

La suite nupcial de Graham Masternon, salvando algunos comentarios bastante desagradables y machistas, resulta ser una historia lujuriosa en donde el escenario principal es un viejo hotel comandado por una mujer de la tercera edad. 

En Una habitación con vita de Tanith Lee la idea central es muy buena y tiene tela para cortar pero se diluye el suspenso por querer alargar no de una manera amena, una historia que contada de otra manera hubiera sido mortífera. 

Padres y madres con relaciones enfermizas con sus hijos se pueden leer en Sopa de pollo de Kit Reed y Tejido de Marc Laidlaw.

Criaturas nefastas "a lo Lovecrafiano" se pueden encontrar en varios relatos Yare, Ámame con ternura, Rochi a orillas del mar y Pesca en la ciudad. 

Repito, para mí los cuentos no pueden ser muy largos, si esto ocurre es porque hay que repensar el formato, lo mismo pasa con el cine. La diferencia entre cuento y novela es el tratamiento que se elige darle a un tema. Un cuento debe ir al grano, ser concreto y puntualizar sobre la premisa, en muchos de estos casos los escritores se fueron por las ramas diluyendo tanto la trama como el tema. Muchas de estas historias como Rápido 220 hubieran funcionado mejor como novelas. 

Dejo a criterio de cada lector darle o no una oportunidad a esta antología de terror contemporáneo.