Una inquietante novela futurista donde la realidad supera a la fantasía más terrorífica.
Sólo uno será el triunfador.
Los noventa y nueve restantes morirán.
Bajo el seudónimo de Richard Bachman, Stephen King nos trae un libro sobre una competencia en la que cien adolescentes deben caminar sin parar hasta morir.
El protagonista es un chico de Maine (de donde es oriundo el escritor) llamado Ray Garraty quien es acompañado por su mamá a la terminal en donde de la caminata dará comienzo.
Las reglas son sencillas: no pueden frenar, no pueden bajar la velocidad, no pueden salirse de la carretera marcada, llevan unos cinturones con alimentos y una cantimplora con agua que sí pueden cambiar cada vez que la terminen. Al lado de los caminantes, un camión del ejército los vigila. Tienen tres avisos, una vez que estos son anunciados, se les da el pasaporte que no es otra cosa que el fusilamiento.
Esto es básicamente la historia del libro, no hay explicaciones sobre la historia de está competencia, ni cómo se ha llegado a esta instancia. El lector acompaña a estos chicos a lo largo de este martirio que es La larga marcha.
Yo lo llamo "un libro pochoclero", corto, entretenido, que mantiene al lector en vilo pero que cuando se termina, a otra cosa mariposa.
Ideal para el bloqueo lector, las épocas de mucho trabajo o exámenes o bien para vacaciones. Stephen King es un excelente cuentista y sencillo o no, sabe como atrapar en su telaraña de letras.
