"Le describieron dicho lugar como el paraje donde los vampiros celebraban sus orgías y bacanales nocturnas. Y le aseguraron que sobre el que se atrevía a cruzar por aquel sitio recaían los peores males."
Polidori concibió esta historia la misma noche tormentosa en la que Mary Shelley creó a Frankenstein. Ambos eran invitados en la mansión de Lord Byron en Suiza, durante el verano de 1816.
Embriagados, excitados y asustados, los fantasmas de su psique se apoderaron de su pluma dándole vida a El vampiro.
El bello joven Lord Ruthven atrae todas las miradas femeninas, quienes se disputan su atención, más él no parece corresponderles. Algunas cansadas, otras enojadas desisten del objeto del deseo que mira a través de ellas imperturbable. Audrey, huérfano con una fortuna heredada, tiene una hermana menor de quien se siente responsable.
Cuando los caminos de ambos muchachos se cruzan en las reuniones de la alta alcurnia, Audrey, fiel creyente de la virtud quiere enmendar a Ruthven, de quien las malas lenguas calumnian sobre las desgracias que aquejan a todos aquellos que han sido vistos con él.
Juntos emprenden un viaje a Roma en donde Aubrey se dedica a observar el comportamiento de su misterioso compañero. Es entonces cuando descubre que Ruthven gusta de seducir jovencitas inexpertas arrastrándolas por el vicio, manchando su reputación.
"Aubrey deseaba a menudo decirle todo esto a su amigo, suplicarle que abandonase esta caridad y estos placeres que causaban la ruina de todo el mundo, sin producirle a él beneficio alguno. Pero demoraba esta súplica, porque un día y otro esperaba que su amigo le diera una oportunidad de poder hablarle con franqueza y sinceridad. Cosa que nunca ocurrió."
Sin poder cambiarlo, Aubrey se marcha a Grecia a refugiarse en sus estudios. Allí Se enamora de Ihante (o Yante en la edición que tengo) una muchacha intrépida sin formación académica.
En una de sus excursiones es advertido por los lugareños sobre los peligros que acechan después del atardecer. Él se burla como hombre culto que es de las supercherías y la tragedia no tarda en alcanzarlo.
Como otros textos de la época se puede observar la importancia del estatus ya sea en la fortuna, los títulos y los contactos. La prosa estirada propia de la posición de John William Polidori hace dar cuenta de que él se habría topado en más de una ocasión con personas de la talla de Ruthven. Aquí el vampiro es el hombre depredador que odia a las mujeres. Las seduce, las humilla, las absorbe, las liquida.
Cuando El vampiro fue publicado por aquel entonces, los rumores indicaban que Ruthven era el mismísimo Lord Byron, aunque claro podrían ser meras especulaciones.
Con este cuento, Polidori inagura la figura del vampiro como ser magnético, artistócrata y manipulador que inspiraría a otras obras de gran magnitud tales como Carmilla y Dracula.